Hace una semana la revista digital EQUIS MAGAZINE publicaba este artículo que escribí. Espero que os guste:
Siempre fui un niño muy imaginativo, ilusionado con cada avance electrónico que se pudiera producir. Deportista nato, cuando veía películas del futuro siempre soñaba con esa tecnología que supiera donde estoy, que supiera donde quiero llegar y me guiara, que analizara el ejercicio realizado, los desniveles producidos, que me acompañara y en todo momento me mantuviera conectado con mis compis de aventura. Todo esto era solo un sueño, hasta hoy.
Ya es posible tener tu propia ‘cápsula Hoi Hoi’
Corría el año 1994 cuando me deslumbraba el maravilloso (y bastante pesado) teléfono móvil que Zack Morris lucía en “Salvados por la campana” en el mundo en el que vivía entonces levantarse a cambiar el canal de la tele con la mano era parte de nuestra rutina y no imaginábamos una variedad de canales digitales en tan buena calidad como los que tenemos ahora.
Esas cápsulas Hoi Poi made in “Bola de Dragón” donde podía caber cualquier cosa en un espacio tan pequeño, ahora nosotros las llamamos smartphones y cabe todavía mucho más, ¡muérete de envidia Zack!
La entrada de Google en el mercado marcó un inicio, planteó un nuevo modelo de negocio, mucho más cercano, Google se esforzó por conocernos, por segmentarnos por ofrecernos solamente publicidad conforme a la información que solíamos buscar, Google nunca manejó ni controló el contenido, Google fue el primero que entendió que era él quien debía venir a nosotros, y no le bastó con hacer solamente de buscador, Google se creó a si mismo y creó un nuevo formato de empresa online. Google diseñó, creó y nos ofreció una gran variedad de herramientas para hacernos la vida más fácil y además hizo algo que era totalmente impensable , a cambio de todo no nos pidió nada, nos lo dio todo de manera gratuita.
Las discográficas en cambio no entendieron el cambio que se estaba produciendo, se empeñaron en querer seguir funcionando de la misma manera en la que lo habían hecho, un sector que no entendía que ya no podían manejar el contenido porque gracias a Internet ya no existen intermediarios, no es necesario un “cazatalentos” ni una campaña de marketing ni siquiera un CD físico de un cantante porque ahora existe Internet.
Multiventas como Justin Bieber, Susan Boyle, Rebecca Black (si, lo habéis oído bien, ventas millonarias) o a nivel nacional Pablo Alborán saltaron a la fama con la ayuda de las redes sociales como Youtube, otros artistas como David Bisbal consiguieron el efecto contrario, levantando polémicas y un sinfín de críticas debido a sus pensamientos un tanto “frivolos”.
Rebecca Black, la última ‘estrella’ de Internet
En la actualidad plataformas musicales como Spotify se perfilan como los distribuidores de música del futuro, porque toman como modelo la política de Google, nos quieren dar más por mucho menos y en el siglo XXI los consumidores de Internet y de servicios solo aceptamos eso.
Carlos Jean lo entiende a la perfección de ahí el éxito que está teniendo con su “Plan B” y el apoyo que tiene de los internautas, al fin y al cabo consumidores de su producto.
Si la revolución digital fuese el mar, el agua sin duda serían las redes sociales y como dueño y señor se alzaría el que fue nombrado la persona del año pasado por la revista Time, el omnipresente y amante de la combinación chanclas – calcetín (Bárbara Galán debería tener una charla seria con él) Mark Zuckenberg nuestro Poseidón particular.
¿Alguna vez os habéis planteado como este chico de 25 años fundó la comunidad más grande que se ha conocido hasta la fecha? Quizás la respuesta está en que el no creó esa comunidad sino que simplemente creó una herramienta que facilitaría conectar a las personas. Además nos dió la posibilidad de conectar con nuestro pasado, nos hizo sentir nostalgia de nuestra vida escolar, curiosidad por nuestros amigos y compañeros, nos hizo SENTIR, y con eso a favor es imposible no ganar.
Por supuesto las empresas quisieron formar parte de ese sentimiento, con mayor o menor acierto. Coca cola, un ícono en la publicidad y que entiende el termino SENTIR como muy pocos (Anteriormente en La Equis Luis Alcalá hizo un estudio de esta compañía) ha anunciado recientemente que va a derivar presupuesto de publicidad para invertir directamente en las Redes Sociales.
Starbucks es otro claro ejemplo de una buena estrategia en redes sociales, entendieron el nuevo giro de la comunicación y lo han sabido aprovechar. Entre otras acciones crearon una web llamadamystarbucksidea donde pedían ayuda a sus clientes para poder mejorar.
Han logrado convertir a sus seguidores en amigos y lo que es más importante en colaboradores, han logrado empatizar con ellos y han conseguido involucrarlos en su negocio, han creado lo más importante, el SENTIMIENTO. Entre otras ideas provenientes de sus amigos en la red, han llegado a introducirse en el negocio de la venta de música en sus locales (con un rotundo éxito).
A algunas marcas les ha salido muy caro no adaptarse a las nuevas formas de comunicación
En términos de geolocalización son pioneros, dinámicos y divertidos. ¿O quien no ha conseguido algún café gratis haciendo checking en sus locales?
Nestlé y Dodot por el contrario han sido dos empresas que debido a una mala gestión de sus redes sociales han sido victimas de un maltrato hacía su marca.
La primera no supo escuchar las peticiones de ecologistas que denunciaban la procedencia del aceite de cáñamo en la fabricación de los conocidos Kit-kat y sufrió unas consecuencias claras y un gran deterioro de su imagen.
El caso de Dodot y su polémica entrada en su blog en el que explicaba como pegar a un niño desato la ira de cientos de consumidores que atacaron sin piedad a la marca.
Por primera vez somos capaces de compartir en masa el SENTIMIENTO, somos capaces de organizarnos, las redes sociales no incomunican (en mi humilde opinión), potencian la comunicación, potencian la unidad, y nos dan la oportunidad de lanzar un grito conjunto, el mundo árabe las utilizo y las está utilizando para este fin.
El mundo ha cambiado es cierto, y ahora más que nunca es nuestro. Nuestra opinión se escucha y nuestro sentimiento puede ser potenciado. Estamos logrando lo que Google entendió antes que nadie, estamos logrando tener el control, y ni gobiernos ni empresas lo van a recuperar ni deben pretender hacerlo, porque esta es nuestra revolución, y ahora mandamos nosotros.